Luisa Muraro: ‘Lo sé porque soy’ (Lo so perché lo sono)*

abril 22, 2011

Por:  Gladys Parentelli (Traducción)

Primum vivere es un lema que aparece en el título del primero de los diez puntos del Manifiesto del trabajo (Sottosopra, octubre 2009) y después aquí y allá en el texto, como un grito de batalla que, de tanto en tanto, estalla ¿Contra qué? ¿Por qué?

 La polémica principal es en el cotejo con la economía que prefiere las propias construcciones a escuchar a las personas en carne y hueso.

 ¿Pero podemos ignorar las competencias de los economistas y los conocimientos especializados en general? El Manifiesto del trabajo con ese primum vivere, dice algo más preciso: nos llama a sustraer a las construcciones de la economía y de los saberes especializados en general, la competencia primaria que es nuestra como seres humanos vivientes, mujeres y varones.

Cuando, por cualquier razón, nos ponemos a hacer discursos o teorías sobre la vida y sobre el vivir, no olvidemos que en este tema somos todos competentes, varones y mujeres, obviamente las mujeres más que los varones, pero, de cualquier modo, todos, porque somos seres vivientes. No quiere decir que lo sabemos en teoría de modo de poder hacer discursos irrefutables, y, desgraciadamente, a menudo tampoco en la práctica, tanto que a menudo nos sucede de hacernos mal o de hacerlo a otros sin quererlo. Pero igual lo sabemos, lo sabemos porque somos. Somos seres vivientes y el mal como el bien del vivir lo sentimos en primera persona.

Saber algo, no por demostraciones o por dicho y juzgado por otros, sino porque lo vivimos, se llama experiencia en sentido fuerte; la palabra de hecho tiene mas significados, pero en el fondo de todos se puede vislumbrar el enlazar juntos saber y ser; lo sé porque soy.

No hay contenidos en este saber, él de hecho tiene la naturaleza de una luz que ilumina a lo que se le acerca, más vivamente cuanto más cercana. Es este el secreto de la práctica de partir de sí; consiste en ir a un lado de las construcciones en vigor, aunque válidas y respetables, para ponerse a la luz de aquel punto o lugar de coincidencia, entre aquella que soy y aquello que sé. Quizá solo esta práctica, difícil pero fecunda, tiene la firmeza para dar jaque al juego y a los bellos discursos que seducen, engañan. El lugar de la coincidencia, se descubre normalmente, no es el de mi yo, más bien sucede que este sea desplazado.

Relato un hecho. Hace años, en una asamblea de la autorreforma de la Universidad de Verona, un barón de medicina, hombre pleno de buena voluntad, fue invitado a argumentar sobre la Universidad, no en general y en abstracto como tendía a hacerlo, sino a partir de sí. A lo que protestó ¿Qué me están pidiendo? ¡Yo me esfuerzo siempre de no hablar de mí! Nos reímos y comenzamos a hablar del narcisismo masculino. Era claro que aquel hombre, si hubiera salido de las instancias generales de un problema o de un saber, habría entrado sin alternativa en un extenso páramo habitado por su ego. O así le parecía que habría sucedido y, precisamente, por ello no lo quería.

 La nuestra es una civilización empapada de especializaciones. Y la especialización, lo he constatado muchas veces en el mundo académico, cuando uno, una, la asume como su hábito, produce recelo y casi desprecio hacia los mas simples procedimientos de la investigación, hasta ignorar aquel núcleo de luz que se irradia en las palabras cuando están cercanas a la inefable relación con el ser.

Por ello, encuentro muy justa la respuesta, sorprendente y simple, dada en el Manifiesto a la enorme interrogante de cómo emprender aquel cambio de civilización que es el primum vivere. Es posible a condición que siempre llevemos más varones a actuar en la cotidianidad de la vida: comenzarán a ver las cosas diferentemente, prosigue el texto, y a comprender a las mujeres. Un cambio de experiencia para un cambio de civilización.

*Publicado en Via Dogana, N° 94, Set. 2010, p. 4.Traducción publicada en: Mujer Pública, La Paz, Bolivia, Feb. 2011, N° 4, p. 115  

 


Una relectura del Dios Patriarcal desde una perspectiva feminista cristiana

agosto 1, 2010

Con la mirada de la Teología Feminista y del Ecofeminismo

Por: Gladys Parentelli *

El artículo de hoy plantea una apreciaciación diferente del vínculo de las mujeres con Dios y  otra forma de celebrar la Vida. Versa no sólo de la comprensión de las fuerzas religiosas-culturales que contribuyen a mantener cautivas a las mujeres en las grandes decisiones, sino que a su vez es una percepción que señala nuevos caminos en el sentido de la existencia humana para la Percepción del Misterio de Dios ese Misterio inmenso en el planeta Tierra.

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El ser humano escribe acerca de Dios desde que inventa la escritura. Sobre tablillas de arcilla, cuero y otros materiales hasta llegar a las imprentas sofisticadas de hoy día la mayoría de los textos publicados tratan acerca de Dios. Cuando Johannes Gutenberg perfecciona la primera imprenta el primer libro que imprime, en 1455, es la Biblia latina. La Biblia y el Corán llevan ventaja a cualquier otro libro en número de impresiones y en cantidad de ejemplares en todas las lenguas, muertas o vivas.

Que se haya escrito tanto acerca de Dios no necesariamente facilita conocerlo. Jerarcas eclesiales tratan de impedir la lectura de libros que, a su parecer, no hablan bien del Dios de las religiones monoteístas: un musulmán hizo quemar los 700.000 volúmenes de la biblioteca de Alejandría porque eran inútiles tanto si eran conformes como si eran contrarios al Corán.

Durante cinco siglos, desde el Concilio de Trento, siglo XVI, hasta que el papa Paulo VI lo elimina en 1966, el Index librorum prohibitorum pretende que los católicos no lean decenas de miles de títulos.

En mi adolescencia, interesada en el tema en un pueblo sin biblioteca, malgasté mucho dinero en libros, estos más que aclarar mis ideas las confundían. Desde aquel ahora lejano tiempo, constato que los teólogos no piensan que su rol es aclarar nada a los fieles. Tampoco los expertos en mitos, con sus catálogos exhaustivos, facilitan las cosas.

Hasta hace cinco décadas, nuestra cultura occidental y cristiana y, por ende, androcéntrica, solo habla del Dios de las tres religiones monoteístas porque ¿Ignora o, más bien, evita hablar de las religiones politeístas? ¿Quizá porque ellas poseen importantes deidades femeninas?

El desafío de revertir lo establecido

Llega la década de los 70. Las mujeres europeas y estadounidenses, que llevan años reuniéndose como integrantes del pueblo de Dios para conversar de su situación de opresión desde una perspectiva distinta de las lecciones masculinistas generalmente enseñadas en las iglesias, sinagogas y seminarios, llegan a la conclusión de que el origen de sus problemas radica en la cultura patriarcal porque el patriarca, original y modelo, es el Dios monoteísta. Más tarde las ecofeministas agregan que no sólo la opresión de las mujeres, también, todos los males que sufre el planeta Tierra tienen su origen en la Biblia.

La misoginia de los jerarcas eclesiales tiene, como todo en la vida, sus aspectos positivos y uno de ellos radica en que no se permitía a las mujeres el ingreso a las universidades pontificias para estudiar teología, porque, allí, les hubieran lavado el cerebro.

Sin embargo, mujeres feministas, con su visión original y propia, comienzan la relectura de la Biblia, y sí estudian, no solo teología, también filosofía, historia, sociología, antropología, lingüística, arqueología, etc., y apelando a la hermenéutica de la sospecha, hacen su relectura de las ciencias, investigan a fondo, reflexionan y ponen en evidencia hallazgos de los científicos varones.

Ellas constatan que antes del monoteísmo que impuso al patriarcado, hay grupos humanos que poseen un arte, paleolítico, que pintan, no dioses, sino los animales que necesitaban para alimentarse, desentierran ciudades sin murallas ni estatuas de héroes, se preguntan: ¿Eran sociedades donde nadie dominaba a los demás? ¿Dónde no existían las guerras de conquista? ¿Eran sociedades con relaciones horizontales, por ende fraternales, sororales?

Las primeras deidades eran femeninas

Algo que aprendimos, por y con ellas, es que, en la mayoría de las concepciones sobre el origen del mundo, los dioses creadores eran deidades femeninas. Para no hablar sino de América precolombina, en el Cono Sur se denomina Pachamama a la Tierra, que corresponde a la Gaia del Hemisferio Norte (Lovelock, 1979; Ruether, 1992).

En las cosmogonías Mesoamericanas, Coatlicue es la diosa dadora de vida y madre de los dioses (Marcos, 1991). En las narraciones mitológicas de la actual Colombia: Bachuécolimas de Tolima su deidad madre es Auxisue; para los Kogi la madre universal es Haba. Los guajiros o wayúus, se dicen hijos de la diosa Igua (Carbonell, s/a). es la madre de la humanidad para los muiscas; para los

Una mujer de Zambia, campesina analfabeta, afirma que Dios hace difícil la vida. También, millones de niñas y mujeres, en los cinco Continentes, con su clítoris y vulva mutilada por tradiciones tribales, cuyos defensores pretenden que el islam lo ordena. Según la Organización Mundial de la Salud, 136 millones de mujeres han sufrido esa mutilación y seis mil niñas son mutiladas cada día. (Ablan Pacheco, Edymar; El Universal, Caracas, 18-08-2002, p. 1-13)

Investigaciones científicas determinan que la violencia contra las mujeres es propia de la cultura patriarcal. (Nogueira, Charo; El País Digital, Madrid, 11-07-2002). Lo mismo que las feministas sostienen desde siempre.

Las mujeres cristianas, masivamente, rechazan el autoritarismo de los jerarcas eclesiales y, por ello, abandonan su práctica religiosa, buscan verdades en las religiones del Lejano Oriente, en grupos esotéricos, investigan sobre el poder de la energía que inunda el Universo, etc.

Surge el Ecofeminismo

En los últimos treinta años años, con lideras como la estadounidense Rosemary R. Ruether, la brasileña Ivone Gebara y la chilena M. Judith Ress, las teólogas feministas armadas con la hermenéutica de la sospecha, evolucionan hacia el ecofeminismo.

La teología feminista, la ecofeminista (lo ecológico en la relación con Dios), son ciencias nuevas que trabajan todos los asuntos que preocupan mayormente a la humanidad: las injusticias y violencias que sufren los excluidos (mujeres, niños, minorías étnicas y sexuales, empobrecidos) la muerte de la biodiversidad, el deterioro del medio ambiente del cual depende toda la Vida en la Tierra.

En este inicio de milenio, las ecofeministas que basan su reflexión en su experiencia de vida, e intentan captar el actual momento histórico de la liberación de las mujeres y de la espiritualidad feminista, representan una muestra de una tendencia de pensamiento y acción presente en el mundo.

Las características principales del ecofeminismo conciernen la adopción del feminismo, las preocupaciones ecológicas y una crítica del sistema religioso patriarcal que excluye a las mujeres. Abrazar esta nueva manera de ver el mundo implica una crítica a los mitos judeocristianos y la consecuente introducción de una nueva cosmología, de una nueva antropología, de una nueva epistemología, de una nueva formulación ética y de una nueva forma de celebrar la Vida. Todo esto invita a nuevas revelaciones, interpretaciones y desafíos. (Gebara, 2002)

De la teología tradicional, la del mito de un Dios que como un relojero creó y puso en marcha el Universo, la del mito de la tierra prometida que, en realidad, pertenecía a los cananitas (exterminados para poder apropiársela igual que todo el resto de sus posesiones) en un vuelco copernicano, hemos llegado a la sabiduría que sostiene,misterio último a la luz de los más recientes conocimientos científicos en física subatómica y sobre el origen del Universo. (Ress, 2001). metáfora que deja atrás el dualismo de la trascendencia o la inmanencia y da nuevo nombre al

*Teóloga Feminista

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Palabra de mujer: Algunas vivencias y reflexiones

junio 14, 2009

Por: Gladys Parentelli.

Palabra de Mujer salió por primera vez en este medio impreso el 27 de mayo de 1992, lo que significa que desde hace algunos días hemos comenzado a transitar por el año 18 de publicación ininterrumpida. Gladys Parentelli nos ha apoyado durante años con generosidad y solidaridad a andar por este camino. Desde 1994 ha contribuido a hacer de Palabra de Mujer una página feminista. Es propicia la oportunidad de la presencia de Gladys hoy aquí con su artículo para expresarle ¡Qué bueno es poder contar contigo siempre!


Consideraciones primeras

Holanda 41. Amor por nosotros mismos, por cada uno y cada una, por toda la Vida; es prioritario el precepto universal de la sabiduría: no hagas a otro lo que no te gusta que te hagan a ti. Hemos logrado el cerebro que tenemos, un equipo maravilloso, miles de veces más perfecto que las computadoras mas sofisticadas.

2. El androcentrismo y la cultura patriarcal basadas en relaciones verticales, violentas y de exclusión de las mayorías; cuyo paradigma, al servicio de su modelo de progreso, es la destrucción de la biodiversidad y todos los recursos de la Tierra.

3. En la civilización monoteísta, occidental y cristiana, el hombre se considera el centro del Universo, por mandato de la Biblia se arroga el derecho de usar y abusar de todo lo que le rodea: “Dios los bendijo, diciéndoles: Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la Tierra y sométanla”. Génesis 1, 28.

4. El hombre no es el centro del Universo, es solo uno de los últimos productos de la evolución de la Vida. Si la Tierra llegó a ser un paraíso apto para la Vida fue porque:

Holanda 25. Los procariotas (simples bacterias, microorganismos unicelulares, sin núcleo y con un único cromosoma) ordenaron la biosfera y representaron la Vida en la Tierra durante casi dos eones, dos mil millones de años. Todavía hoy, las bacterias son las responsables de mantener gran parte del sistema.

6. Las bacterias crearon a los mamíferos, humanos incluidos, para que nuestra verdadera función fuera servir como hábitat para los varios kilos de bacterias que llevamos en nuestras tripas, ellas allí se mantienen calientes y bien alimentadas en su paraíso propio.

7. Hace 475 millones de años, los vegetales iniciaron, desde los océanos, su conquista de la superficie terrestre. Ellos purifican el aire, alimentan, mantienen la biodiversidad.

8. Sabemos que los primates (chimpancés, gorilas y orangutanes) tienen códigos genéticos similares a los nuestros: el de los chimpancés se parece al de los humanos en 99.4%. Hay un movimiento que intenta reclasificar a los chimpancés, con los humanos, dentro del género homo.

Entonces ¿Podemos, hoy, pensar que valemos más que una bacteria o un vegetal? ¿Dónde queda nuestra superioridad frente a los demás seres que pueblan la Tierra? Si ellos se extinguieran, antes se habrán extinguido los humanos.

Soy feminista

Desde hace décadas. Ecofeminista en las últimas dos. Gracias a la Diosa Madre, nací en una familia donde cada uno, cada una, se respetaba a sí misma y a toda la Vida, por ende a todas las personas.

Mamé el ecofeminismo, antes de que esta palabra fuera creada. Esto que aprendí, trato de practicarlo, lo que expongo es el fruto de 74 años de vida y experiencias, es un testimonio. No etiqueto a nadie, no digo verdades, eso lo dejo para el Papa y otros patriarcas que se creen infalibles.

Encuentro con la narración oral

La narración oral es el arte más antiguo, cuando nuestros ancestros, los Neandertales, inventaron el lenguaje, seguro que no hablaban de lo que veían en TV, cuando regresaban a su cueva narraban lo insólito que les había ocurrido durante la cacería.
En la década de los 80, yo tomaba fotos de eventos varios, por ejemplo, partidistas, así, en un mitin del MAS en Petare, conocí a la gran Argelia Laya. Yo tomaba fotos de narradores en plazas de Caracas; era la fotógrafa oficial del Banco del Libro, por ello, un día en que el Banco del Libro organizó un evento en la Biblioteca Mariano Picón Salas, Parque Arístides Rojas, al cual invitó a Daniel Mato a narrar, le tomé fotos; Mato me pidió si le daba copia de ellas, cuando lo hice, me dijo que eran las mejores que nunca había visto, me las pidió para publicar en revistas junto a sus artículos.

Pronto me invitó a fundar a AVEDINO, lo que hicimos el 07 de junio de 1986; también se escogió su Directiva, Mato fue electo Director General y su compañera de vida, Directora de Presupuesto y Finanzas.

Gladys y Argelia

Gladys y Argelia

AVEDINO (Asociación Venezolana para Difusión y Desarrollo de la Narración Oral) contaba con relevantes personalidades que le auguraban éxito, entre ellas las dos pioneras de Narración Oral en Venezuela: Blanca Graciela Arias de Caballero, quien facilitó, durante décadas, talleres de Narración Oral a maestras, en todo el país; Rafael Rivero Oramas, El tío Nicolás, quien narró cuentos por radio entre 1931 y 1962; Luis Luksic y otras.

AVEDINO organizó decenas de actividades, su evento más importante fue el 1er Festival de Cuentos, 15-30 noviembre 1986; el 2º en 1987. Sus miembros recibían invitaciones del interior del país, las del exterior eran para Mato y su compañera. En asamblea, el 13-06-1987, fue electa su nueva Directiva.

Mato tenía una gran capacidad de trabajo y habilidad para las relaciones públicas, obtener subsidios, escoger a personas que le ayudaran en sus objetivos; decía y hacía cosas asombrosas.

El Cuentacuentos fue uno de sus proyectos, a pesar de que en AVEDINO había sabios pioneros venezolanos y en el país legión de narradores reconocidos: El Caimán de Sanare; Francisco Tovar ”Franciscote”, en Turgua; Chevoche en Zulia; los narradores de cada comunidad indígena, el Dueño de los Cuentos, entre los guaraos y el Señor de los Cantares, entre los piaroa, etcétera. Mientras que, Mato tenía poco tiempo de residir en este país y, como decenas de otras personas, había sido capacitado en los talleres que, desde noviembre 1983, facilitó, en el CELCIT, Francisco Garzón Céspedes, dramaturgo, periodista y narrador oral cubano.

El me pidió que le pasara, en mi procesadora de palabras, un texto que había redactado, el Nº 1 de los Cuadernos de Difusión AVEDINO, cuando le dije: olvidaste la bibliografía, me respondió que todo era de su propia autoría aunque allí describía la Narración Oral en países de Asia y África, que él nunca había visitado.

Participé en uno de sus cursos, al finalizar, cada uno, una, debía narrar; cuando yo lo hice al estilo que había aprendido en Uruguay. A fines de 1987, Mato, y su compañera, viajaron a Argentina por varias semanas. La nueva Directiva continuó su labor. Cuando Mato regresó, hicimos una jornada de trabajo, cuando constató todo lo que se había planificado, avanzado, en su ausencia, se frustró tanto, que decretó la muerte de AVEDINO.
woman in the nature

Al estilo de Uruguay

Una noche de invierno alguien vio una luz cerca del arroyo Víboras y, como todo lo desacostumbrado, nos dio temor, hasta que alguien se acercó y vio que unos vecinos pescaban. El temor había alejado el sueño, así, comenzó la narración de cuentos acerca de luces malas, de aparecidos. Todos oímos, la velada duró hasta que todos habían narrado. Llegado el momento en que la memoria se había vaciado, el silencio se instaló. Disipado el temor, se podía dejar paso al sueño.

Al evaluar este hecho, con la claridad que da la distancia, me digo que la velada parecía coordinada por un director invisible que había previsto un número de cuentos. Los necesarios para obrar ese milagro de actuación equilibrada, casi perfecta. Había unido al grupo, algo natural, pero mágico al mismo tiempo. Pocas veces he vuelto a ver esa perfección en veladas planificadas por profesionales.

La narración en voz baja. Un silencio general la acoge. No da lugar a carcajadas, apenas a sonrisas o a gestos de asombro, aprobación o incredulidad. Hay una interacción visual permanente entre el narrador de turno y los demás. La misma dinámica, la misma interacción, la misma magia, la vi nacer otras veces, en medio del calor del verano, cuando se descansaba del trabajo de la cosecha: cuando el narrador hacía una pausa para beber el mate amargo, nadie rompía el silencio, lo mismo cuando detenía el ademán para cambiar la pisada de la bombilla cuando el mate había perdido su mejor sabor.

Acontece en Caracas

Tendida en la hierba, en el Jardín Botánico de la UCV, observo a pájaros parados en una rama. El pájaro está allí, atrapa insectos, come gusanos, de repente comienza a cantar, está sereno, sin miedo escénico, parece muy seguro de su dignidad, de lo que hace. Al verlo, pienso en tantos narradores me han regalado su arte.