Los hogares como escuelas de desigualdad

febrero 24, 2013

Las tareas del hogar continúan  feminizadas; para  ellos las reparaciones domésticas; para ellas las responsabilidades del hogar, las tareas más rutinarias de limpieza, plancha, cocina, cuidado de la prole, consulta médica de los hijos, vacunas, dentistas, salvo excepciones.

Teresa Sosa

Ellos tienen muy claro su derecho a un tiempo propio. Incluso cuando definen qué es ser un buen padre, contemplan tener un tiempo para sí, algo que no hacen las mujeres y que ellos tampoco lo citan (al menos espontáneamente) entre las cualidades de una buena madre.Martha Rosler semiotica de la cocina

Esto responde a una idea interiorizada que enlaza con la ideología de la maternidad intensiva que es profundamente alienante para las  mujeres y para su realización personal.

Y también es mala para los hombres,  porque les está negando  en cierta manera el acceso a eso que se ha definido  como femenino pero que es profundamente humano, que es el cuidado de los hijos e hijas.

Nuevos modelos

Afortunadamente  han surgido nuevos modelos de  maternidad y paternidad que permiten a los hombres rescatar parcelas que les ha negado el patriarcado, como la sensibilidad y  las emociones.

Muchos ni siquiera son conscientes de que se les niega la paternidad y ese “rescate” posibilita maternidades menos intensivas en las mujeres, que de alguna forma les permite acceder a esos tiempos  propios y vivir sin culpa la  maternidad y  la vida laboral.

Culpa, frustración, disolución

La culpa es un sentimiento terrible, es un mecanismo de control de las mujeres. Esa culpa que sienten es por desempeñar un trabajo remunerado y por no responder a las expectativas socialmente construidas, exigentes e injustas con lo que tiene que ser una buena madre, expectativa que no se les exige a los padres. Además es curiosa la ausencia del sentimiento de culpa en ellos,  aunque dedican mucho menos tiempo al cuidado de  las  mujeres.

Las mujeres dejan de ser ellas para convertirse en un rol, y de eso también hay que liberarse. Al final todo esto viene de aspectos socialmente construidos en socializaciones sesgadas por el género. De hecho actualmente los hogares están actuando como verdaderas escuelas de desigualdad.

Si los hijos e hijas están viendo que roles tienen su padre y su madre, lo interiorizan. Cuando las mujeres decimos: quita,  quita, que lo hago yo,  los hijos e hijas están aprendiendo que la responsabilidad es de las  mujeres y no de los hombres, responde a algo que está estructuralmente y culturalmente pautado y que conviene al sistema para que las mujeres continúen realizando el trabajo doméstico de forma gratuita. Por eso es muy importante romper esa cadena.

Desigualdad interiorizada

Lo realmente tremendo es que la desigualdad no existe solo fuera de nosotras o y de nosotros, sino que se interioriza y genera formas de percibir, gustos y sentimientos que actúan como invisibles obstáculos a la igualdad. Pero si eso  se ha construido socialmente, se puede deconstruir. No es algo natural, es algo creado artificialmente, un producto del poder. Se puede y debemos modificarlo para construir otro tipo de sociedad más humana.

Otra sociedad

De alguna forma, toda la esfera de lo reproductivo está invisibilizada y en realidad es la que sostiene lo productivo. Hay que organizar la sociedad de otra forma. Hay que hacer hincapié en la idea de corresponsabilidad familiar y social. Todos los agentes sociales tienen una corresponsabilidad que asumir y las políticas públicas han  de promover esa corresponsabilidad.

En tiempos de crisis

Solamente una visión cortoplacista y poco inteligente puede pensar que la igualdad no es necesaria en tiempos de crisis. Ahora, más que nunca, la igualdad es necesaria. Hay que modificar la mentalidad que sitúa los derechos de las mujeres y la igualdad como un lujo que se reserva para los tiempos de auge económico.

La igualdad es una muy buena inversión. Si no, estamos desperdiciando un capital humano que la sociedad no se lo puede permitir. Urge encontrar formad más humanas de abordar la producción remunerada y la producción de la vida.

Mientras no sea así, muchas mujeres continuarán pagando el coste de la reproducción social  con sus renuncias unilaterales,  su sentimiento de culpa o su resentimiento; muchos hombres seguirán perdiéndose  –aun sin ser conscientes de ello- su paternidad; y muchos hogares seguirán siendo una escuela de desigualdad para las próximas generaciones.

En definitiva, todo un cercenamiento de las potencialidades humanas que, como sociedad, no debemos seguir asumiendo.

 FUENTE:   C. Cruz De Garibay.Entrevista a la Socióloga Raquel Royo Prieto. Directora del Máster en intervención en violencia contra  las mujeres de la Universidad de Deusto, País Vasco. Revista Emakunde. Instituto Vasco de la Mujer. Verano 2012. España.

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En India prescinden de las niñas

febrero 17, 2013

En India hay miles de mujeres que eligen no tener una niña. Una preferencia que va más allá del parto. Una vez nacidas, se ven privadas de cuidados, alimentos o asistencia sanitaria que sus familias destinan a sus hermanos. Todo juega en su contra. Muchas no llegan a su quinto cumpleaños. En el país mueren 7,4 niñas por cada 1.000 nacimientos, frente a 1,5 varones, las decisiones de la familia son un factor decisivo en ello.

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Teresa Sosa

Sarlesh, una india de 35 años, salió un día corriendo de su casa por un fuerte dolor de pelvis. Después de caminar varios kilómetros llegó a la clínica más cercana para someterse a una interrupción del embarazo. Cansada, débil y cubierta en lágrimas le dijo al médico que no tenía la fuerza de concebir otro hijo, a menos que fuera un hombre. Era su décimo embarazo. Tenía ya ocho hijas y un varón. La mujer contó con resignación que lo mejor para su familia era tener un niño. “Sería tan feliz si pudiera tener una pareja de niños, algo diferente a tanta mujer”, relató.

Sarlesh se casó a los 18 años y enseguida tuvo su primera hija. Anil, su marido, y su familia, siempre la presionaron para seguir teniendo hijos hasta que tuviera un varón. La joven dio a luz a todos sus bebés en casa porque no podía desplazarse a un centro de salud. “Los hospitales del Gobierno están muy lejos de mi ciudad”, le comentó a su médico.

Privilegio para los varones

Cuanta más pobreza, mayor privilegio de los varones dentro de los hogares. “Cuando en una familia los recursos son limitados, se prefiere proteger al hijo: es normal que en las casas coman primero el papá y los hijos y después la madre y las hijas”.

“En una sociedad tradicionalmente agrícola, la tierra y los bienes se heredan al hijo varón. Las mujeres dejan la casa de sus padres cuando se casan y se van con la familia del esposo. También se cree que las hijas no ayudarán a mantener a sus padres cuando crezcan”, explica.

La preferencia de las familias por los niños comienza mucho antes de que estos nazcan. Así, la práctica del aborto selectivo es una tendencia al alza: por cada 1.000 niños nacen solo 914 niñas, según el último censo de 2011.

En la mayoría de los casos, los padres sienten que deben de tener hijos, lo que no quiere decir que no amen a sus hijas o que quieran hacerles daño de manera intencionada, sino simplemente de un mayor deseo de tener un varón, impregnado de razones culturales y sociales.

Pero en esos contextos, en ocasiones, después de dar a luz a una niña, la madre deja de amamantarla precisamente por esa ansia de concebir un varón cuanto antes, aseguran los expertos. Esta preferencia alimentaria podría ser la causa de la desaparición de unas 15.000 niñas en la India, según un estudio de dos investigadores de las Universidades de Princeton y de Harvard (EE UU).

Esta es  especialmente preocupante teniendo en cuenta que causa más de un tercio de las muertes infantiles y que las niñas tienen un 25% más de probabilidades de sufrir malnutrición que los niños, según la ONU.

“Los peligros se encuentran sobre todo en los primeros 28 días después de nacer”, dice Sara Collantes, de Unicef. En su opinión, la leche materna previene infecciones, y mejora las defensas de los pequeños en una etapa en la que son los más vulnerables a enfermedades e infecciones”.

“India tiene una de las mayores diferencias de vacunación según el sexo”, explica Nicola Jones, investigadora del Overseas Development Institute (Reino Unido). “Las niñas son vacunadas un 13% menos porque la gente tiene que elegir entre vacunar a sus hijos o hijas y es más probable que lo haga con los varones», dice. “Aunque la vacunación es gratis, a una familia le cuesta el transporte al hospital y tienen que tomar tiempo de su trabajo”, comenta.

Además, una vez que se enferman, los cuidados no parecen mejorar. “Ellas tienen menos probabilidades de que sean llevadas al hospital o que reciban atención médica cuando la enfermedad está más desarrollada”, explica Alex George, encargado de los derechos de los niños en la ONG Action Aid en India.

Un limitado acceso a los sistemas de salud y a la educación, así como las condiciones insalubres en las que se desarrollan muchos partos también influyen en una mayor mortalidad para ellas. “Es necesario también que las mujeres tengan más educación para saber cuidar a sus hijos y que no discriminen a sus hijas”, dice George.

“En muchos países en desarrollo no hay acceso a la planificación familiar y esto repercute en las decisiones que se toman en relación con las niñas”, dice Sergio Aguado, de la ONG Save the Children.

Pese al crecimiento económico del país asiático, la situación no mejora para las mujeres y las niñas. “La diferencia en la mortalidad entre niños y niñas solo es parte de un sistema que permite prescindir de un género porque la realidad social lo permite”. (Sergio Aguado ONG Save the Children).

FUENTE: INFORMACIÓN TOMADA DE  ANA GABRIELA ROJAS /SUSANAGONZALEZ VIEJO.  Artículo: Las familias prescinden de ellas. El País, España, 26/1/2013

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Experimentos nazis en anatomía reproductiva

febrero 10, 2013

Los nombres completos de la llamada «lista de Stieve» –conformada principalmente por mujeres– acaban de ser publicados por Sabine Hildebrandt, una anatomista alemana que trabaja en la Universidad de Michigan.

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Teresa Sosa

Hermann Stieve, quien en aquel momento era un renombrado experto de la Universidad de Berlín,  analizó los cadáveres  de 182 personas. “El mismo Stieve elaboró esta lista en 1946″, explica la doctora Hildebrandt, quien lleva una década investigando la historia de la anatomía alemana.Vera Obolensky y Libertas Schulze-Boysen

HildebrandtLa identidad de estas víctimas del horror nazi ahora sale a la luz gracias a los investigadores que rastrean los registros legales para identificar a quienes acabaron sobre las mesas de trabajo de los anatomistas del régimen.

Hildebrandt dice que su investigación ha dejado «dolorosamente» en evidencia lo poco que interesaba entonces a los anatomistas el destino de las personas cuyos cuerpos estaban diseccionando.

Centrado en anatomía reproductiva

 Stieve estaba interesado especialmente en la anatomía reproductiva. Por eso la mayoría de sus víctimas fueron mujeres y miembros de la resistencia, como Véra Obolensky y Libertas Schulze-Boysen.

«Antes de 1933 se podía estudiar los cadáveres de hombres que habían sido ejecutados, pero no mujeres, ya que Alemania no ejecutaba mujeres».»Pero repentinamente, durante el Tercer Reich, empezaron a hacerlo», señala la doctora Hildebrandt.

Alrededor de la mitad de estas mujeres, entre ellas Liane Berkowitz, fueron condenadas a muerte acusadas de traición. Algunas fueron denunciadas a la Gestapo por otros ciudadanos después de expresar sus ideas políticas contrarias al nazismo.

 De acuerdo al historiador médico Paul Weindling, casi 25.000 víctimas de los experimentos científicos nazis han sido identificadas.

«Stieve estaba particularmente interesado en los efectos del estrés y del trauma psicológico en los ciclos menstruales de las mujeres condenadas».»Tras la ejecución, los órganos pélvicos de la mujer eran extraídos para ser examinados. Stieve publicó informes basados en esos estudios sin ningún remordimiento ni disculpa», dice Seidelman.

 Otras investigaciones

 William Seidelman, exprofesor de medicina de la Universidad de Toronto, Canadá, también dedicó años a la investigación de los lazos entre «medicina y asesinato» en el Tercer Reich.

En un artículo académico de 1999 publicado en Dimensions: A Journal of Holocaust Studies, Seidelman reveló algunos detalles sobre cómo Stieve trabajó en estrecha colaboración con la prisión berlinesa en la que se realizaban las ejecuciones.

 «Cuando una mujer en edad reproductiva iba a ser ejecutada, informaban a Stieve, se decidía una fecha y se comunicaba a la prisionera cuándo iba a morir», escribió el profesor Seidelman.

Varias universidades han realizado investigaciones formales sobre la obtención de cuerpos durante el auge del nazismo en sus propios departamentos de anatomía.

Instituciones de Austria también estuvieron involucradas.»La Universidad de Viena tenía un tranvía fúnebre especial que transportaba los cadáveres de la sala de ejecución del juzgado regional al instituto de anatomía», dice el profesor Seidelman.

De los 31 departamentos de estudios de anatomía en Alemania y los territorios ocupados entre 1933 y 1945, la experta encontró que «todos ellos, sin excepción, recibieron cadáveres de las cámaras de ejecución».

 Últimos deseos

 En su misión de revelar la vida de las personas detrás de este «material», la doctora Hildebrandt revisó los archivos personales de las víctimas de Stieve, que se guardan en el museo del Monumento a la Resistencia Alemana de Berlín. Hildebrant analizó cada archivo junto a una copia de la lista de Stieve que se mantiene en el Ministerio de Justicia alemán, e identificó a cada una de las personas.

Comprobó los nombres de 174 mujeres y ocho hombres de la lista, las fechas exactas de nacimiento y defunción, las nacionalidades, las razones de su ejecución y cualquier otra información personal que pudo encontrar.

 Algunos de los archivos contienen cartas que expresan los últimos deseos de los prisioneros condenados, como los de «reunirse con sus seres queridos en la muerte», según explica la investigadora.

 Una de esas cartas era de Libertas Schulze-Boysen, quien había sido miembro del partido nazi, pero en 1937 se unió a la resistencia alemana y documentó y recolectó evidencias fotográficas de los crímenes del nacionalsocialismo.Libertas fue arrestada en septiembre de 1942 y condenada a muerte por traición en diciembre del mismo año.

 En una carta a su madre, escribió: «Como último deseo he pedido que te entreguen mi ‘sustancia material’. Si es posible, entiérrame en un lugar hermoso, soleado y rodeado de naturaleza».

 Este tema no acaparó la atención pública sino hasta hace dos décadas. Seidelman dice que los investigadores están aún en «una fase muy temprana del proceso de revelar las historias de aquellas personas que se convirtieron en ‘material experimental'».

 Hildebrandt coincide en que este tema aún proyecta una sombra sobre la ciencia anatómica y opina que «la anatomía alemana de posguerra se construyó en parte sobre los cuerpos de las víctimas».

 «Es hora de devolver los nombres a los números, de dar rostros y biografías a las víctimas de la anatomía en el Tercer Reich para recordar su humanidad y las injusticias que tuvieron que enfrentar», concluye la investigadora.

 Fuente: Victoria Gill (BBC)Las víctimas olvidadadas de la anatomía nazi. 04-02-2013

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MUJER  10-2-2013

 


Las canciones de cuna milenario lenguaje universal

febrero 3, 2013

Hace cuatro milenios un antiguo babilonio escribió una canción de cuna que una madre le cantaba a su hijo. Esta es una de las primeras canciones de cuna de las que se tiene constancia, fechada alrededor del año 2000 AC. Se encuentra grabada en una pequeña tabla de barro que cabe en la palma de la mano.

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Nina Perry/BBC

Los temas que asustaban a los niños eran típicos de las canciones de cuna de esa época, según explica Richads Dumbrill, un experto en música antigua del Museo Británico de Londres, donde está guardada la tabla que contiene la canción de cuna.

 «Quieren decirle al niño que ha hecho mucho ruido, que despertó al demonio, y si no se calla de inmediato, el demonio se lo comerá».Amor maternal

 Según Sally Goddard Blythe, autor de varios libros sobre desarrollo infantil, asegura que todas las canciones de cuna -incluso las que dan miedo- «están enraizadas en el amor, la ternura y el cuidado”

 «Algunas te cuenta la historia del país o como se debe vivir la vida, como un consejo para los niños», explica Zoe Palmer, un músico que trabaja en un proyecto de canciones de cuna en el Hospital Real de Londres.

 Palmer colabora con madres primerizas en el hospital y forma parte de un grupo de músicos que ayuda a las madres a aprender y compartir canciones de cuna existentes y a crear otras nuevas.

 Es una comunidad muy diversa, con madres y padres provenientes de China, Bangladesh, India, España, Francia y Europa del Este. Palmer ha descubierto que las canciones son bastante similares en todas las culturas.

 SIMILITUD

«En cualquier parte del mundo las mujeres utilizan los mismos tonos, la misma forma de cantar a sus hijos», dice Palmer.

 Según ha constatado, muchas canciones de cuna son muy básicas, con unas pocas palabras que se repiten una y otra vez.

 También comparten ritmos similares. Las canciones de cuna suelen tener un compás de 6 por 8, dándoles una característica típica del balanceo, explica Sally Goddard. Eso calma, porque replica el movimiento que el bebé experimenta en el vientre de la madre mientras esta se mueve.

Además de ayudar a que los bebés se duerman, las canciones de cuna también tienen fines educativos.

Cantar junto a un niño pequeño es una manera efectiva de enseñarle nuevas palabras y sonidos, explica Colwyn Trevarthen, profesor de psicología infantil de la Universidad de Edimburgo.

 Durante años Trevarthen ha estudiado como las madres interactúan con sus hijos en los primeros meses de vida. Su investigación apunta que los bebés tienen una cualidad musical innata y un sentido del ritmo excelente.

 «Es increíble como el bebé responde con sonidos y gestos, a menudo al mismo ritmo de los sonidos de la madre. El niño y la madre agarran el ritmo, como si fueran músicos de jazz improvisando», señala.

 Opinión de García Lorca

 En los años ’20 del siglo pasado, el poeta español Federico García Lorca, quien estudió las canciones de cuna de su país, destacó las características poéticas y la profundidad de la tristeza de muchas de ellas.

 La teoría de Lorca, con la que muchos investigadores concuerdan hoy en día, es que una de las funciones de las canciones de cuna es ayudar a que la madre pueda vocalizar sus propias preocupaciones y miedos. Así que sirven también de terapia para la madre.

 En la actualidad hay muchos factores que amenazan la supervivencia de las canciones de cuna, sobre todo la cantidad de aparatos nuevos para entretener y calmar a los niños que lloran y el incremento a la comunicación a través de la tecnología.

Puede que cantar no forme tanto parte de nuestras vidas como en el pasado, ya que en generaciones anteriores, que no contaban con televisión e internet, la gente se juntaba para cantar y contarse historias.

Pero se diría que, por el momento, las canciones de cuna siguen vivas, desde Kenya hasta Marruecos, pasando por Reino Unido.

El arqueólogo musical Richard Dumbrill cree que hay algo intrínseco en la experiencia de criar a un niño que hará que las canciones de cuna sobrevivan.

«Creo que las canciones de cuna pertenecen al instinto natural de la maternidad».

Reem Kelani, una cantante británica de origen palestino está de acuerdo.

«Es algo universal. Cuando canto un a canción de cuna, en cualquier parte del mundo, siempre hay gente que se siente identificada».

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